FERMIN DURAN
TRANSFORMED PIANO EVOCATIONS 20223


A raíz de la escritura del libro “Memorias desde la intrascendencia” cuyo grueso lo vomité durante agosto de 2019, fui poco a poco entrando en una oleada de nostalgia de mí mismo, musicalmente hablando, durante el siguiente otoño. Nostalgia por qué había hecho y por lo que no, de con quien había estado, de las oportunidades perdidas y de su porqué (cuando se suponía que esta, era una carpeta ya cerrada en el año 2001 en el que, para bien o para mal, pasé a dedicarme con prioridad máxima a otras cosas en mi vida.
Llevaba 4 años diciendo que tenía que preparar un álbum de piano, tenía en la cabeza reversionar algunos temas escritos en la época en la que milité en El Vuelo del Avestruz y también otras muchas cosas de esos mismos años, pero no sabía cómo ni cuándo atacarlo así que lo fui posponiendo.
La pandemia sin quererlo, abrió otra vía en mi vida cuando por una coincidencia astral durante la primavera de 2020 (la del confinamiento, que para mí fue una revelación) me puse a recuperar los años perdidos (unos casi 20 calculo) en los que apenas toqué el piano clásico. Por trabajo, por tiempo, por enfermedad, por lo que fuera, pero ahora pienso que fue una frivolidad por mi parte, olvidarme de tantos años de estudio y de trabajo como profesor de piano. De repente volvía a tener todo el tiempo del mundo y había abandonado completamente otros hobbies (excepto el de seguir creando y produciendo música electrónica). Así que decidí volver a empezar, hacer ejercicios, escalas, recuperar partituras, hasta obtener en 2 años, un nivel parecido al que tenía tocando ese instrumento en mi cénit virtuosístico allá por 1988 cuando tenía 21 años. No me quedé ahí e incluso pienso que ahora mismo, he superado este nivel tocando partituras más complejas, aunque luego es muy difícil mantenerse en forma ya que esa es una disciplina que requiere muchas horas de práctica y disciplina diaria, y lo cierto es que a lo largo de 2023 ya no he dispuesto del tiempo que tuve en los tres años anteriores. Pero me he puesto al día y he vuelto a ser muy pero que muy feliz tocando ciertas partituras de alto nivel.
Ese desarrollo personal con el piano me ha permitido también abordar sin temores, que no sin dificultades (técnicas y artísticas), a realización completa de este álbum que tenía en la cabeza desde antes de 2019.
Así pues, la parte pianística ha sido esencial pero no la única en la que he tenido que estrujarme bien la cabeza para el álbum.
Aunque las 11 piezas que al final forman parte del mismo estaban originalmente escritas entre 1984 y 1989, en febrero de 2023 no sabía cómo abordarlo estilísticamente.
Era muy complicado encajar las piezas del puzle. Por un lado, aunque tenía claro que el álbum sería en primer lugar “pianístico”, esto en sí mismo no es un estilo. Chopin, Felipe Campuzano o Elton John, eran o son todos pianistas, pero sus estilos no tienen nada que ver. Los míos tampoco. Aunque fueran escritos en un intervalo de tiempo de 5 años, entonces tenía entre 16 y 22 años, y a esa edad distaba mucho de tener una personalidad musical definida (por más que entonces pensara que sí). Ni tampoco todos los temas fueron concebidos para piano originalmente. Aunque solía usar el piano para componer, no era la idea para muchos de ellos que fueran al final piezas para ese instrumento. Solía ser más un medio que un fin.
Unos cuantos se pensaron como canciones, otros como piezas orquestales, otros como baladas románticas, como canciones tecno pop o simple pop, mientras que alguno que otro no llegó ni a acabar de tomar finalmente forma si quiera.
No ha sido trabajo fácil para mi conseguir fundirlos todos y lograr un estilo y sonoridad común en lo posible que conserve una coherencia artística. Algo que en realidad es de lo más importante para mí.
El título del álbum define un poco el concepto final, son piezas creadas o no originalmente para piano, evocadas (es decir reinterpretadas con cambios más o menos marcados y otras referencias) y transformadas (con efectos, degradado de bits, delays y otras artimañas de producción)
No seré yo quien juzgue el resultado a estas alturas. Sí que diré que durante la producción me he vuelto a apoyar en la electrónica y en también en muchas horas de trabajo de mezcla para intentar conseguir esa coherencia estilístico-sonora.
Siendo honesto debo decir que nunca antes había pasado tiempo grabando. Horas de tomas tocando el piano. Pinchando, repitiendo, seleccionando o corrigiéndolas en otras tantas horas de Pro Tools y de post producción.
Tampoco recuerdo tener que repetir las mezclas tantas veces. Incluso cuando estaba haciendo el master tener que volver atrás en algún tema, llegando a repetir fragmentos de la grabación del piano, aunque estos fueran sólo de un compás de duración. Pero creo que ha valido la pena. He intentado hacer un trabajo más “humano” comparativamente con la mayoría de lo que he hecho en los últimos 35 años.
Las sesiones de grabación están llenas de cambios de compases, cambios de tempo, retardandos y otros conceptos que no suelo utilizar demasiado en mi música.
Junto a la obvia utilización de pianos, he procurado no emplear demasiados instrumentos electrónicos y de hecho intenté acotar su uso a los Körg digitales (Wavestate, Modwave y OP6) que aparecen en casi todos los temas y a una caja de ritmos, la Roland TR-727 de percusiones latinas, la cual me he encargado de filtrar y distorsionar todo lo que he podido. No son las únicas cosas utilizadas ni mucho menos pero sí conforman algo así como la espina dorsal de la producción.



Un poco de historia de cada tema:

01 The Blue Lake Secret Lover
El título no está sacado de ningún personaje de novela. La música es la fusión de dos temas, el primero se llamaba “Junto al lago Azul” (El Vuelo del Avestruz’88) y el segundo era una intro de las mil que hice ese mismo año para tocar en la sala Artículo 26 en Gracia. La intro la titulé en mis archivos, un par de años después, como “El Amante Secreto”. De ahí el título ac. Del “Junto al Lago Azul” originario, sólo he utilizado lo que era la forma instrumental del estribillo y la he ido desarrollado a piano junto con la parte central que es lo que originalmente fue la intro “El Amante Secreto” y que también ha sufrido un desarrollo pianístico.
El sonido de coros y la especie de flauta sintética que aparecen en las dos secciones, intentan evocar a sus respectivas orquestaciones originales.


02 Shadows
Lo que equivaldría a un estribillo, lo escribí en 1984 como parte de un tema para mi banda de synth pop de la época “Sistema Betamax”, aunque acabó siendo ya para el siguiente grupo (“Handicap”) y se titulaba “Las Sombras me persiguen”. La otra parte es una progresión descendente de acordes de séptima y novena que nunca se convirtió en nada pero que estaba en mi cabeza desde 1986 o así.
Ha sido el primer tema que acabé para este álbum y su producción a servido un poco de guía de estilo para el resto de composiciones. Estilo al que a veces yo llamo, medio en broma y con mucha ironía, Piano & Noise.

03 Altató
Es esta una palabra, que en húngaro significa Nana y es esto exactamente lo que era en 1988 cuando la compuse como otra más de las intros para conciertos de El Vuelo del avestruz de la época. Aunque existe una versión estricta a piano, en mitad de la producción he decidido preservar el espíritu original (la escribí y grabé con un sonido de sintetizador que pretendía emular un Vibráfono). Así que para este álbum he usado como 5 sonidos distintos desde Xilofón, Metalófono, Vibráfonos y Carrilón, junto con la señal original que he grabado de piano (que aunque no se aprecie, está en la mezcla añadiendo cuerpo armónico al conjunto).
Para suplir la ausencia de dinámica de estos instrumentos percusivos, he trabajado los niveles de mezcla en cada momento, cada frase, acento o nota de forma que la tímbrica va variando suavemente entre estos distintos sonidos.

04 Truth in your eyes
Escrito entre 1985 y 1986, ya fue desde el principio un tema para piano. Puntualizo, concretamente pretendía ser una balada medio jazz. También tenía una letra (“Hay verdad en tus ojos”) y llegó a colarse en alguna maqueta de Brigada Marinetti de 1986. Una contradicción ya que, con ese nombre, con el cual originariamente pretendíamos ser lo más futurista del mundo… y esta balada jazz a piano, como que no casaban demasiado ambas coas juntas…
En esta transformación es quizás donde más he procesado el piano, hasta conseguir un efecto casi, de estar debajo del agua escuchándolo.
Como curiosidad diré que en esta versión he utilizado una métrica propia, extrañísima, se trataría de un compás 43/32, con el fin de dotar de un groove muy particular o feeling especial a los ritmos que hay por debajo del tema. No me fue luego nada fácil trabajar el resto de elementos con esa métrica.

05 Yákinthos
Jacinto (su traducción del griego al español), es el nombre que tenía la “balada” que escribí para “El Vuelo del Avestruz” en 1988 y aunque la solía tocar con un sintetizador tanto en directo como en maqueta, la canción fue creada y pensada para piano. No disponíamos de uno en la mayoría de los escenarios que pisábamos y en mi casa tampoco teníamos los medios adecuados de microfonía ni de acondicionamiento acústico para que quedara razonablemente bien grabado así que en la maqueta tampoco se usó.
No aprovecho tampoco aquí la línea vocal de la época y me limito a “evocar y transformar” lo que yo escribí originalmente.
El original lo asociaré siempre con la recarga de patrones de mi caja de ritmos Kawai R-50 vía k7 que hacía en mitad de los directos aprovechando que en este tema no había batería. Una línea de pitidos informáticos se escuchaba por debajo mientras yo cruzaba mentalmente los dedos para que no diera error la carga.

06 All those things at once
Es un tema que he construido para el álbum con retales de ideas jazzies que tenía desde adolescente y que de manera discontinua asomaban la cabeza en otros proyectos mayores entre 1984 y 1988 pero que, todas esas cosas a la vez, nunca habían formado parte de un mismo tema. La lectura hace tres años de un libro de armonía de jazz me recordó la importancia de las armonías usando acordes con 4ºs superpuestas.

07 Solitude
Decidí mantener la estructura original de un tema del año 87 al que no me atrevo a llamar “canción” aunque tuvo letra y esta era una especie de elegía a la soledad. No fue pensado para piano pese a lo pianística que resulta su melodía principal.
Un ejemplo de mi influencia de la armonía clásica (Beethoven) y de cómo era capaz de colocar en una supuesta “canción” una progresión por tonalidades en 5ºs ascendentes y 4ºs descendentes dos veces y de modo distinto durante el mismo tema.

08 Having you
Fue quizás la última de una serie de “baladas románticas para piano” que hice entre 1986 y 1987. En la evocación/transformación lo he acercado más a las armonías de jazz para bajarle un poco el azúcar romántico entre otras cosas.

09 Just your voice
De las primeras canciones de la misma serie que la anterior, aunque esta no estaba hecha para piano sino que era interpretada con sonidos de “strings” de mi sintetizador. Tenía letra y recuerdo también versionarla a piano ya poco después. Más melódica pero armónicamente mucho más simple que “Having you”. Si la memoria no me falla diría que llegué a interpretarla en directo en la fiesta mayor de L’Hospitalet en la calle de mis padres junto a otro tema muy Jean Michael Jarre (“Reflejos en el lago”) que no aparece aquí pero sí en el libro-recopilatorio “Memorias desde la Intrascendencia”. Al igual que el tema anterior, he acercado sus armonías hacia el jazz y los he complementado con una producción experimental que los aleja de su contexto primario.

10 Help me on my dreams
Es sin duda la canción que compuse en último lugar de las que conforman este álbum.
Escrita más o menos cuando abandonaba El Vuelo del Avestruz en otoño de 1989, es seguramente la más “puramente pop“ por sus melodía, aunque también es cierto que para esa época todavía me liaba en ciclos armónicos complejos que, especialmente los cantantes, ni entendían ni sabían entonarlos fácilmente. La canción fue incorporada al repertorio de mi siguiente banda, “La Providencia” y apareció en la maqueta “Seres” de 1990 como “Invítame a Soñar” con una letra que recuerdo que la parimos entre todos aunque guiados “espiritualmente” (nunca ha sido más apropiada esta palabra) por el batería del grupo, Francisco Melero.
La posicionamos como una de las últimas de la cara B, lo que en la época quería decir
Intrínsecamente: “es de las flojas”. Aparece en mi libro/recopilatorio.
En esta evocación/transformación, una vez más, los acordes jazzísticos de 9º y 13º me han salvado la vida dándole una dimensión enteramente diferente junto a la caja de ritmos TR-808 debidamente procesada, filtrada y troceada.
He sustituido una parte de la estrofa original, que era “demasiado obvia y pop”, acercando esa sección a ritmos de subdivisión ternaria y a armonías más propios del blues y re-escribiendo una nueva melodía encima de ellas. Es que, además, la melodía de voz originaria de este fragmento no era mía sino de Juan Manuel Álvarez, el cantante).

11 EVDA Outro
No sabía cómo titular este tema que en origen era otra introducción más para un directo de EVDA, esta vez en la sala KGB ya no se si a finales de 1988 o principios de 1989.
Aquí he preferido usarlo para cerrar el álbum.
En un principio su nacimiento no pudo ser menos pianístico. Queríamos un cuarteto de cuerdas para la entrada del concierto del KGB. El presupuesto y contactos sólo nos dieron para un violoncelista (que ya no recuerdo si fue antes, durante o después de esto que le impartía clases de armonía) y para un clarinetista. Para el cello fue para quien pensé este primer movimiento. Es que la obra constaba de tres tiempos en un principio. (Y eso que era supuestamente sólo una intro)
En este movimiento, el violoncelo interpretaba un motivo festivo y pastoral en compás 12/8 al que yo respondía con sonidos de pizzicato desde mi nuevo y flamante Roland D-50.
También llegué a escribir un segundo y un tercer tiempo. El segundo estaba pensado para clarinete (en ese momento yo estudiaba música de cámara y tocaba con un clarinetista). La idea era también llevarlo al KGB pero no nos pusimos de acuerdo así que aunque los 3 tiempos estaban ya escritos en partitura, sólo se interpretó el primero, con la colaboración de Juan de Dios (el violoncelista).
Por tanto, en este álbum sólo he incluido y evocado este primer tiempo. Digo “evocar” y no tanto “transformar”. Sería más propio aquí decir “finalizar” o “mejorar”. Ahora dispongo de las herramientas para poner a toda una orquesta tocando y esto es lo que he hecho, dotando al piano, no obstante, de un papel protagonista que antes no tenía y desarrollando melodías para él. La electrónica aquí es mínima, aunque sigue estando algo presente.
No es un final con coros pero al menos acaba el álbum con una gran orquestación.

Fermín Duran García
Sant Boi de Llobregat 28 agosto de 2023.